La tarjeta postal es un medio de comunicación escrito que surge con los objetivos de establecer un medio de correspondencia más económico que las cartas y la transmisión de mensajes cortos, para ser remitida al descubierto, sin sobre. Son de edición pública o privada, triunfando la última sobre la primera.
Generalmente son de cartón rígido que pesa entre 3 y 5 gramos. No obstante, se han empleado para hacerlas los más variados materiales: madera, seda, corcho, cuero, aluminio, pluma, cabello, … Su forma suele ser rectangular y de tamaño variable comprendido entre 14 X 9, de las postales antiguas, a 15 X 10,5 centímetros tamaño adoptado para las actuales. Pero las hay que revisten las formas más caprichosas: circulares, romboidales, trapezoides, de rompecabezas, en forma de hoja de árbol, calzado, toro, cuerpo humano, ….
En España, nace unos años más tarde que en el resto de Europa, pero de manera similar, la iniciativa privada hace circular TP por diferentes puntos de nuestra geografía. Ante ello, la Dirección General de Comunicaciones mediante Real Orden de 10 de mayo de 1871, regula el uso y circulación en España de las Tarjetas Postales, prohibiéndose la circulación por correo de tarjetas privadas hasta diciembre de 1886 que queda levantada, autorizándose la impresión de dibujos o vista en el anverso.
La tarjeta postal ilustrada más antigua que se conoce en España circulada (según su matasellos), es una tarjeta impresa en fototipia titulada “Recuerdo de Madrid” de la casa de artes gráficas “Fototipia Hauser y Menet”, pionera en la edición de tarjetas postales en España. La postal está circulada de Madrid a Barcelona el día 21 de octubre de 1892, y pertenece a la colección de Jesús Sitjá.
Durante el periodo de 1900 a 1914 se desarrolla la llamada "Edad de Oro" de la TP, que coincide con la adopción de una importante modificación en las mismas.
Hasta este periodo, la normativa de Correos obligaba a los usuarios a escribir sus mensajes en el frente de la postal, muchas veces sobre la ilustración, reservando el anverso para el nombre, dirección del destinatario y los timbres. En Gran Bretaña, para dedicar más espacio al mensaje se propone dividir mediante una línea el anverso de la postal en dos partes, reservándose el lado izquierdo para la escritura y el derecho para la dirección. De esta manera, la ilustración de la postal no se dañaba, apreciándose mejor al ocupar todo el espacio. Esta medida es recogida en 1905 por la Unión Postal Universal y generalizada a todos los países, entre ellos España mediante Real Decreto de 7 de diciembre de 1905. Durante este periodo, la postal vive años de prosperidad, convirtiéndose en el medio de comunicación más popular vendiéndose millones de ellas.
Las ediciones de postales son más variadas. Aparte de las vistas de monumentos y paisajes, se abre un amplio abanico temático: vida cotidiana, trajes regionales, desnudos, fauna, flora, armas, mecánica, felicitaciones, deportes, aviación, automoción, realeza, tauromaquia … Cada día hay más coleccionistas, y exposiciones. También influye en ello, la aportación de los grandes artistas de la época (pintores, ilustradores, dibujantes, fotógrafos), y por motivos más comerciales, el auge del turismo, la publicidad y el apoyo de la industria impresora.
En la actualidad ,el desarrollo de los medios de comunicación y de la información hacen que disminuya el encanto de la TP y explica en gran parte su declive, y tan sólo aquellas que poseen un sentido artístico, documental, histórico o filatélico son demandadas.
En España, nace unos años más tarde que en el resto de Europa, pero de manera similar, la iniciativa privada hace circular TP por diferentes puntos de nuestra geografía. Ante ello, la Dirección General de Comunicaciones mediante Real Orden de 10 de mayo de 1871, regula el uso y circulación en España de las Tarjetas Postales, prohibiéndose la circulación por correo de tarjetas privadas hasta diciembre de 1886 que queda levantada, autorizándose la impresión de dibujos o vista en el anverso.
La tarjeta postal ilustrada más antigua que se conoce en España circulada (según su matasellos), es una tarjeta impresa en fototipia titulada “Recuerdo de Madrid” de la casa de artes gráficas “Fototipia Hauser y Menet”, pionera en la edición de tarjetas postales en España. La postal está circulada de Madrid a Barcelona el día 21 de octubre de 1892, y pertenece a la colección de Jesús Sitjá.
Durante el periodo de 1900 a 1914 se desarrolla la llamada "Edad de Oro" de la TP, que coincide con la adopción de una importante modificación en las mismas.
Hasta este periodo, la normativa de Correos obligaba a los usuarios a escribir sus mensajes en el frente de la postal, muchas veces sobre la ilustración, reservando el anverso para el nombre, dirección del destinatario y los timbres. En Gran Bretaña, para dedicar más espacio al mensaje se propone dividir mediante una línea el anverso de la postal en dos partes, reservándose el lado izquierdo para la escritura y el derecho para la dirección. De esta manera, la ilustración de la postal no se dañaba, apreciándose mejor al ocupar todo el espacio. Esta medida es recogida en 1905 por la Unión Postal Universal y generalizada a todos los países, entre ellos España mediante Real Decreto de 7 de diciembre de 1905. Durante este periodo, la postal vive años de prosperidad, convirtiéndose en el medio de comunicación más popular vendiéndose millones de ellas.
Las ediciones de postales son más variadas. Aparte de las vistas de monumentos y paisajes, se abre un amplio abanico temático: vida cotidiana, trajes regionales, desnudos, fauna, flora, armas, mecánica, felicitaciones, deportes, aviación, automoción, realeza, tauromaquia … Cada día hay más coleccionistas, y exposiciones. También influye en ello, la aportación de los grandes artistas de la época (pintores, ilustradores, dibujantes, fotógrafos), y por motivos más comerciales, el auge del turismo, la publicidad y el apoyo de la industria impresora.
En la actualidad ,el desarrollo de los medios de comunicación y de la información hacen que disminuya el encanto de la TP y explica en gran parte su declive, y tan sólo aquellas que poseen un sentido artístico, documental, histórico o filatélico son demandadas.